martes, 22 de julio de 2008

101. Boletos a largo plazo

El buen Rubén escribió un artículo la semana pasada en su columna de Público con la que estuve bastante de acuerdo, y por lo tanto me atrevo ahora, con su permiso, a colgarla del blog. Invito a su lectura todos los miércoles.
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Ya es de todos sabido que la cartelera de conciertos en Guadalajara ha incrementado bastante su oferta, con respecto a la de otros años. Este 2008 seguramente cerrará como el más activo en ese departamento. Bob Dylan, Sigur Rós, Smashing Pumpkins, Mogwai, Jay Jay Johanson, Underworld, Moby y más estrellas provenientes del extranjero ya pisaron suelo tapatío en distintos momentos del primer semestre, y el segundo también promete calidad y cantidad.

Hasta aquí todo bien, pero no en lo absoluto. Hace unas semanas, Alfredo Sánchez en su columna de los lunes comentaba lo mismo. De alguna manera agradecía la variedad de opciones, pero citó, como puntos en contra, el alto precio de los boletos, la falta de educación del público que va escuchar música en directo y otras decepciones. Yo me uno a la especie de gratitud, estoy de acuerdo con lo otro y además agrego una contrariedad: el pago tan anticipado de los boletos.

Para comenzar habría que poner al frente a Ticketmaster, la empresa responsable de la absurda mecánica de vender entradas, cuando faltan hasta cinco meses —caso Madonna— para la realización de un concierto. Por un lado, la gente misma apoya la estrategia al agotar los boletos en minutos, aunque también es verdad que no queda de otra, como justamente quedó comprobado en los conciertos que la diva ofrecerá el próximo noviembre en DF. Después de todo, los fanáticos no quieren pasar por la incertidumbre que provocaría comprarlos (o ya no), días o semanas posteriores.

Hagamos cuentas y una selección de conciertos que se avecinan en Guadalajara. En lo personal elegiría los shows de Julieta Venegas (1 de agosto), Andrés Calamaro (11 de octubre), el Motorokr Fest (con Nine Inch Nails, The Flaming Lips, MGMT, Paramore, The Kooks, Stone Temple Pilots y Mindless Self Indulgence, el 19 de octubre), Fabulosos Cadillacs (12 de noviembre) y Oasis (28 de noviembre). Si quisiera tener la mejor localidad en todos, gastaría alrededor de 4 mil pesos, que dosificándolos, según se acerque cada concierto, hay posibilidades de pagarlos. Pero aquí, la cosa es que Ticketmaster obliga a adquirirlos con mucho tiempo de antelación, y en ocasiones sin suficientes días de respiro, como sucede con los conciertos citados, cuyas preventas se acumularán entre junio, julio y agosto. Extraña manera de operar la de esta empresa, que bien podría ser cuestionada por sus usuarios. No estaría mal enviarle un mensaje al personal de Ticketmaster (www.ticketmaster.com.mx) y preguntar al respecto, por su plan a largo plazo. Luego van a cobrar la semana siguiente por un concierto del año entrante. Sí, yo espero, y hasta con ansia, ver a Calamaro y los Flaming Lips, pero de aquí a octubre tendré sólo un par de papeles y 2,000 pesos menos en la bolsa. Es absurdo. Tanto como si alguien invitara a su cumpleaños del 2011, sin antes pasar por los próximos.


rubenrodriguezmaciel@yahoo.com.mx

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