69. Cumpleaños de Inés

Podemos memorizar muchas cosas, imágenes, melodías, nociones, argumentaciones o poemas, pero hay dos cosas que no podemos memorizar: el dolor y el placer. Podemos a lo más tener el recuerdo de esas sensaciones, pero no las del recuerdo. Si nos fuera posible revivir el placer que nos procuró una mujer o el dolor que nos causo una enfermedad, nuestra vida se volvería imposible. En el primer caso se convertiría en una repetición, en el segundo en una tortura. Como somos imperfectos, nuestra memoria es imperfecta y sólo restituye aquello que no puede destruirnos.

Julio Ramón Rybeiro
(Citado por LPÑ)

Antes de 1.

Es lugar común hablar de la época de oro de algo: del cine, de la poesía, de la vida de cada uno de nosotros. A Inés la conocí en uno de esos momentos, no recuerdo la fecha exacta, salvo que fue durante la época en que llegaron a mi vida las personas que son ahora mis amigos más entrañables.

Trabajábamos en un departamento de comunicación de la U de G. Aquel espacio fue punto de encuentro de músicos, creativos, fotógrafos, algunos de los cuales se han forjado un nombre en el medio con base en la propuesta de sus muy diversos proyectos (pero esa es otra historia...), y
desde el principio supe que se trataba de una persona directa y honesta. Creo que eso fue la etiqueta que le puse y que a la fecha no he tenido necesidad de cambiar.

1.

Después fue su estancia en Madrid, los correos electrónicos, el chat y el decidir compartir departamento a su regreso. Los más viajes. La renuncia al trabajo. El periodo bomba. El tiempo, el tiempo, algunos cuentos, poemas, el cine. Sólo cuando convives con alguien de esa manera en particular (o de pareja en otro caso) se pueden cimentar las bases y los lazos de una gran amistad (Play it again Sam...)

Después de 1.

Y así con el paso de los días, se convirtió en la mejor amiga. La que conoce tus andanzas, carencias, desvelos, dudas, alegrías, ideas, amores.... enciclopedia personal, biografía no autorizada (en realidad muy autorizada) sobre uno. Libemos por la amistad, tan querida de los
ancianos dioses.

Previo a 2.

Desde el principio, y creo que fui el primero en saberlo, aseguré que su nuevo rol le sentaría más que bien. Hoy su sonrisa ha cambiado, su mirada: no la manera de ver la vida. Brillo doble que le confiere la belleza de las más hermosas persona de este mundo. Lo increíble e inverosímil se ha vuelto el pan de cada día. El milagro se llama Lucas, quien desde su primer respiro dio muestras de coraje y vitalidad. Madre e hijo. El amor le ha llegado en el momento justo. Con todo y que el cambió siga siendo su espíritu permanente. Su lucha. Su vida.