148. Turno vespertino

Fotografía tomada de Smashing Magazine

Las horas de la tarde. Pasar revista a blogs estimados como el de Alberto Chimal, o el de BEF, también algunos como el de Unos tipos duros... Pasear por la Matrix mientras se escucha a los Dresden Dolls, o a quien el aleatorio del ipod desee compartir. Observar como las nuevas instalaciones se van poblando y la casa de finos acabados se va llenando de gente. Por otro lado estar al pendiente del eslabón en la cadena que nos toca dentro de las actividades de la editorial para la que trabajo con miras a la FIL, ya a la vuelta de unos pocos días. Horas de la tarde que escapan. En el cuaderno de anotaciones algunos recuentos de los planes por venir, de aquellos atrasados. Contención de emociones y reconstrucción de interiores. Por lo pronto saber que se permanece un año más en el departamento que tanto gusta. Qué quizá próximo año se logre amueblar: consolidar. Ando muy rememoroso. Justo hace doce meses la racha de suerte negra. Lejanos días pero también cercanos. Hoy estar en general bien. En recuperación. Ejercitando. Pero aún con ataduras personales difíciles de erradicar. Por lo pronto siguen cambios. Ausencia en FIL. Reconstrucción insisto. Trabajar en los cimientos. Apuntalar lo necesario y derribar los muros falsos. Un poco de luz y que entre el aire a refrescar. Ejercitar. ¿Qué indican las profecías?. Un fín del mundo próximo. ¿Un apocalipsis?: falta de agua; un nuevo sol; guerras; bicentenario y estallido; crisis monetaria; hambre. Como reza el juego: que cada quien agarre su pareja y que se preparé. La imagen bíblica: esperar con la vela encendida. La transformación es la carta. El juego. Aceptar lo que viene como una prueba. Tentaciones para abandonar el camino. Resistencia. ¿Resistencia? Gozo. Ataduras al margen. Y así como no queriendo conforme avanzan los renglones avanza también el tiempo y se acerca la hora de escapar de la oficina. Se acerca. Casi.

Fotografía tomada de Smashing Magazine