viernes, 26 de septiembre de 2008

118. "París" de Cédric Klapisch



La señorita Margot y yo fuímos a ver París del director Cédric Klapisch, que forma parte del Tour de cine francés de este año, y del cuál desde hace ya varios me he convertido en fan. Nos ha gustado. Una pequeña joya para un día lluvioso y cargado de trabajo.

Antes de continuar, una digresión para aclarar que a mí casi cualquier canción, video, libro, fotografía o película que tenga como motivo principal París me cautiva (Ámelie, Paris te amo, La vida en Rosa, Hemingway, Vila Matas, Cortázar, Auster, etcétera...). Ahora sí:

La película de Klapisch trata de Pierre, joven bailarín, quien recibe la noticia de que sus días podrían estar contados pues necesita con urgencia un transplante de corazón. De sus temores y manera de afrontar la muerte inminente, y de sus ensoñaciones filosóficas, forjadas desde la ventana del apartamento que habita en Montmartre, su visión panorámica y privilegiada de la ciudad, va tejiendo la urdimbre que nos mostrará las vidas tan diversas pero convergentes ya sea por el azar o por una aparente línea invisible de causalidad (que no casualidad), de algunos de sus habitantes, personajes variopintos (quizá en un intento por representar la gran diversidad de una metropolis como es Paris), que van desde un profesor universitario erudito en la historia de la capital, inconmovible ante la desgracia más terrible que cae enamorado de una de sus alumnas más bellas, hasta un habitante de Camerún que emprende el peligroso viaje como ilegal librando los peligros que este tipo de aventuras, ya sabemos, implica.

Pasean también por la pantalla un grupo de mujeres de la alta sociedad que van en busca de aventuras carnales al mercado de abastos en busca por supuesto de calmar la insatisfacción de sus vidas, estan los niños que bailan punk, y los amigos de Pierre, la chica bella que además de su flirteo con el profesor tiene su novio que comienza a conocer la desventaja de ser la pareja de una chica que todo mundo voltea a ver en las calles. Un grupo de amigos que trabajan en el mercado callejero y cuyas vidas de apariencia simple se complican cuando la mujer de uno, aunque separada de este, comienza a coquetear a otro. El hermano del maestro de historia con una vida feliz, llena de éxitos y sin contratiempo. Pero sobre todos ellos, a manera de paralelo de Pierre, destaca el personaje interpretado por la Binoche, la hermana de Pierre, cuyo corazón (los sentimientos) se encuentran también en paro y se ha resignado a ser una mujer de 40 años, con hijos y para quien el amor ha pasado de Largo.

Conforme transcurre la película vemos la evolución de los personajes: como Pierre a pesar de estar en el límite de su vida se reconstruye a si mismo y no pierde la esperanza en su transplante, como vive la familia del hermano del inmigrante Camerunés, y la transformación del maestro de historia que terapia de por medio se permite abrir la puerta a la parte sensible que siempre habitó en él y que había impedido fluir, con resultados inesperados como el cuestionamiento al que obliga hacer a su hermano respecto a su vida feliz y normal. La escena de su primera cita con el terapista es de antología, aunque quizá, sólo para iniciados en esto de las terapias, de las buenas terapias. Una película donde el cambio de paradigmas es la base que sostiene el armazón y cómo este puede ser tan flexible como se desee o todo lo contrario. Una película que nos muestra que una ciudad, no es en si la ciudad, sino la capacidad de su gente de adaptarse, y más que nada de vivirla, gozarla.

Algunos críticos han mencionado que París es pretenciosa al tratar de simplificar en poco más de 8 personajes la vida de los diversos habitantes de París, siendo esto imposible. A mi parecer más que pretender esto, lo que quizá busca Klapisch es llevarnos a la reflexión sobre lo que cada ciudad representa para cada unos de sus habitantes y como se va diluyendo la vida personal dentro una monstruosa conglomeración humana que tiende a convertirnos en entes ciegos, sordos y carentes de emoción o sentimientos. Pierre es el catalizador de los sueños y deseos de los demás personajes, de sus carencias y limitaciones, que dicho sea de paso, les otorga un viso mucho más humano. A fin de cuentas todos buscamos alguien con quien acompañarnos, a veces desesperada y desgarradoramente, otras con la calma de quien se va conociendo a si mismo y comienza a mirar el mundo desde una perspectiva diferente: aquella que se le concede al que tiene bien plantados los pies en la tierra, y su alma en paz.

Una segunda digresión
A su vez, París, me permitió recordar, imágenes audiovisuales de por medio, un viaje que se aleja en el tiempo a la capital francesa. Camino al trabajo y mientras el camión daba de tumbos, se posicionaban en mi mente, las imágenes de un filme en donde siguiendo un orden cronológico, aparecen en escena los cambios en mis situaciones vitales desde aquel entonces a la fecha: los trabajos, las habitaciones, los viajes, la música, los momentos memorables. Cinco años ya donde lo mismo he lastimado el alma, el ego, el corazón de los demás como he sufrido de manera semejante, pero cinco años también de ir descubriendo quién de los amigos esta verdaderamente al lado, de fomentar la cercanía con aquellos que me han dado su confianza, su ánimo, su amor y su paciencia. Son pues días de memoria, de reflexión. Nostalgia de encontrar nuevas maneras de ser y entregarse.

Para finalizar
Comentar también que la música es parte fundamental de la película: instrumental para los momentos dramaticos, lounge para ciertas escenas, punk cuando se requiere, etc.;, París en definitiva no sería lo mismo sin esta atmósfera musical. Ignoro si el soundtrack ya esté a la venta en México, pero de menos se puede encargar a traves de la internet.

Y el broche de oro...
Nada como salir después de una película cómo esta, al filo de la medianoche y sentir el abrazo de la humedad y el frío, escuchar el rumor del agua correr, y acompañados, deambular por la nocturna Guadalajara, que si bien no es la ciudad luz, si podríamos comenzar a buscarla dentro de nosotros mismos, para después, tiempo después, dejarla surgir e iluminarnos.

2 Comentários:

Anónimo dijo...
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cinnael erevan dijo...

recién he visto parís hace un par de días, y diré que concuerdo con tu comentario sobre la película. Me parece que además, el trabajo de Klapisch es extraordinario en cuanto a la forma de "encuadrar" cinemáticamente ciertos espacios de Paris. Lugares no turísticos, pero muy emblemáticos de la ciudad.
Disfruté mucho esta película pese a su duración, y me parece que utiliza recursos intersantes, como el flashback de la cinta de 8 mm y el render del sueño del hermano arquitecto.
Además, un aplauso por los dos o tres chistoretes que tiene el guión, como el del "texting" del profesor.
Un saludo desde Querétaro

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